martes, 27 de julio de 2010

Universidad de Chile empató 1-1 con Chivas en semifinales de la Copa Libertadores


Sí se sintió local el Guadalajara en el Estadio Azteca, pero no sacó ventaja en el partido de ida de la Semifinal de la Copa Santander Libertadores ante la Universidad de Chile, y ahora tendrá que ir a Santiago a buscar la contraseña para acceder a la serie por el título del certamen continental.

El 1-1 de este encuentro resultó amargo para el Rebaño Sagrado, que teniendo todo a favor para obtener el triunfo, desperdició las ocasiones para hacerlo y le permitió al rival un gol que por ahora le da la ventaja por haber marcado de visitante.

Con un segundo tiempo bastante agradable y bien jugado por las Chivas, la escuadra andina aguantó la ofensiva del contrincante para defender como fuera el resultado y marcharse con los deberes cumplidos por no perder el primer cotejo de la eliminatoria.

Para el partido definitivo, el próximo 3 de agosto en el Estadio Nacional, el conjunto tapatío estará obligado a ganar por cualquier marcador o empatar a dos goles o más para adjudicarse el pasaporte hacia la Final.

EL PARTIDO

De no ser por el error de Héctor Reynoso, el juego pudo mantener el mismo desarrollo que tuvo durante la primera mitad, con el dominio del balón por parte del Guadalajara y el control de las acciones a cargo de la Universidad de Chile.

Tuvo que llegar la pifia del defensa central del Rebaño recién comenzado el segundo lapso para que se destrabara por completo el cotejo, pues la jugada donde Reynoso regaló el balón dentro del área con un pésimo intento de despeje, fue la pieza que desajustó los esquemas para beneficio del Espectáculo.

Casi saliendo del vestidor para reiniciar el duelo tras el descanso, Juan Manuel Olivera aprovechó el obsequió del zaguero rojiblanco para cederle de cabeza a Rafael Olarra, quien dentro del área de meta simplemente empujó el balón con la testa para abrir el marcador al minuto 48.

Hasta entonces el asunto estaba claro, las Chivas queriendo atacar por las bandas con base en la velocidad de Alberto Medina y Omar Arellano, pero la posesión del esférico no le fructificó para nada puesto que la visita no dejó llegar nada peligroso a su área y fueron 45 minutos de absoluto reposo para el arquero Miguel Pinto.

Y no es que la escuadra chilena estuviera metida atrás ni que se defendiera a ultranza, simplemente repartió bien las labores defensivas entre todos sus elementos, y cuando tenía el balón trató siempre de salir tocando con pases hacia adelante para cruzar la mitad de la cancha y buscar un pase filtrado hacia sus delanteros, cosa que tampoco ocurrió.

Así es que los andinos se fueron a los vestidores con esa sensación de que tenían el asunto controlado, y que con un descuido del contrincante podría llevarse algo más que el empate. Fue entonces que llegó el yerro de Reynoso y el tanto de Olarra. Vino lo mejor.

Apenas cayó la anotación en contra y el Rebaño reaccionó, sacó su juego vertical y desequilibrante con la inspiración de Arellano y Medina, más el talento de Omar Bravo y Adolfo Bautista. Llegaron las combinaciones de primer toque y arranques a velocidad para mover a los defensas rivales.

Rápidamente consiguió la igualada, en una jugada en la que aparentemente el balón le pegó en la pierna a Bravo para salir del campo, pero el árbitro asistente venezolano Jorge Urrego señaló saque de esquina a favor del Guadalajara. En el cobro Arellano encontró la anotación con un contrarremate de zurda dentro del área, al 52’.

Ahora sí el dominio y control del partido ya estuvo definitivamente del lado rojiblanco, tirado al ataque y presionando con fuerza para ir por la victoria. Oportunidades tuvieron Medina, Arellano y Bravo, pero ya fuera por fallas propias o por intervenciones del portero Pinto el resultado ya no se modificó.

La escuadra andina se salió con la suya, porque ya simplemente se defendió sin tener mayores intenciones de ir a la ofensiva y sacó el 1-1 que le permite llegar al juego de vuelta con la ventaja de que una igualada sin anotaciones en casa le daría el pase a la Final de la Santander Libertadores por el gol de visitante.

EL ARBITRAJE

Juan Soto, de Venezuela, pudo haber incurrido en una falla que fue directo al marcador cuando su asistente Jorge Urrego le marcó un tiro de esquina dudoso a favor del Guadalajara donde cayó el gol del empate, y por ese motivo fue increpado por los jugadores de la Universidad de Chile, aunque en realidad se trató de una acción difícil de apreciar a primera instancia. Por lo demás estuvo acertado en sus señalamientos y aplicación de tarjetas preventivas.

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