El jugador que siempre vivió a la sombra de los galácticos (cada nueva incorporación amenazaba su puesto) ha tenido que fichar por un club turco para ser reconocido como una superestrella. Le ha ocurrido a los 33 años, aunque nunca es tarde. La presentación de Guti como jugador del Besiktas llenó ayer el Inönü Stadium (aforo de 32.145 espectadores) y repitió, con él de protagonista, la parafernalia que dedica el Real Madrid a sus más ilustres fichajes. No faltaron ni el lujoso escenario sobre el césped, ni las sentidas declaraciones de amor, ni la satisfecha sonrisa del presidente, en este caso, Yildirim Domirören, magnate del gas turco.
Vista la importancia que se le concede, hay que pensar que Guti (apodado en Turquía como "la tormenta rubia") ha acertado en el club y en el destino. El Besiktas es una sociedad deportiva de ideología progresista, con una afición ardiente y un estadio ubicado en el corazón del animadísimo Estambul europeo. La ciudad, a caballo entre Europa y Asia, le servirá de transición camino de su motorizado retiro en Tailandia.
Lo demás lo irá conociendo poco a poco. El Besiktas juega la segunda ronda de clasificación para la Europa League, y no la Champions, como Guti apuntó en un lapsus del que sólo se puede culpar a la emoción del momento. La publicidad de la camiseta, Cola Turka, también merece una aclaración: anuncia un refresco que nació en 1993 como competencia de la invasora Coca-Cola. Lo dicho, poco a poco.
Vista la importancia que se le concede, hay que pensar que Guti (apodado en Turquía como "la tormenta rubia") ha acertado en el club y en el destino. El Besiktas es una sociedad deportiva de ideología progresista, con una afición ardiente y un estadio ubicado en el corazón del animadísimo Estambul europeo. La ciudad, a caballo entre Europa y Asia, le servirá de transición camino de su motorizado retiro en Tailandia.
Lo demás lo irá conociendo poco a poco. El Besiktas juega la segunda ronda de clasificación para la Europa League, y no la Champions, como Guti apuntó en un lapsus del que sólo se puede culpar a la emoción del momento. La publicidad de la camiseta, Cola Turka, también merece una aclaración: anuncia un refresco que nació en 1993 como competencia de la invasora Coca-Cola. Lo dicho, poco a poco.
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